¡Ideales! No hay nada más efectivo para esa sensación de 'quemazón' en la garganta. La potencia del Vicks con la comodidad de un caramelo. Además, sin azúcar, ¡doble win!
Para ir tirando en la oficina cuando no puedes parar de toser, son la clave. El 'Vapomentol' se nota un montón. No es una medicina, claro, pero para un alivio rápido, van de lujo
Mis caramelos de referencia. Abres el paquete y ya huele a alivio. Me ayudan a dormir cuando tengo tos nocturna, me tomo uno y me calma
Los llevo siempre en el coche. Me ayudan a mantenerme despierto en los viajes largos y, si me da un ataque de tos, me lo solucionan al momento. Un producto muy práctico y eficaz
¡Son un must en casa! En cuanto empiezo con la garganta rasposa, uno de estos y mano de santo. El frescor que te da es una pasada y lo de que sean sin azúcar es un puntazo.
Buen remedio para el resfriado. Me los tomé cuando estaba fatal de la garganta y me ayudaron a pasar el trago. El sabor es fuerte, pero si buscas eso, no te van a decepcionar. El toque de Vicks se nota, y eso me da confianza.
Siempre tengo un paquete en la mesilla. Cuando te levantas con la garganta hecha polvo, te tomas uno y te hidrata un montón. Muy agradecida de que sean sin azúcar. Compra repetida, sin duda.
Buen producto. El precio es razonable y el efecto mentol es potente. Ojo, que si no te gusta el mentol fuerte, igual no son para ti. Pero si buscas despejarte, pa'lante
Mi salvación en invierno. Tengo la garganta muy sensible y en cuanto me resfrío, me los compro. El Vapomentol me despeja las vías respiratorias y me calma la tos. Y sin azúcar, que es un puntazo. Se los he recomendado a toda mi familia
Los compré porque los recomendó un compañero y tenía razón. El frescor es instantáneo y duradero. No es que curen, pero te hacen el día mucho más llevadero si estás con catarro
¡Perfectos para la tos seca! En serio, me quita el picor de la garganta al instante. Y lo mejor, que no tienen azúcar, que siempre se agradece. Sabor a Vicks de toda la vida, no fallan.
¡Bestial! Los uso para todo. Cuando estoy currando y me entra el bajón, me como uno y me espabila. Y si estoy con la garganta chunga, me tomo dos del tirón y me quedo como nuevo. Un clásico que no falla
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