Cuida tu bebé

Todos los pediatras recomiendan insistentemente el uso del chupete a partir del primer mes de vida, especialmente al dormir, como la mejor medida para combatir el síndrome de muerte súbita del bebé. Existe un falso mito, muy extendido, de que el uso del chupete deforma la dentadura. Por el contrario, es cierto que este objeto tiene un efecto calmante en el bebé, pero por eso mismo los padres deben evitar su uso abusivo para que el bebé se calle.

No existe un chupete ideal, ya que como todo en esta vida, dependerá de los gustos de cada bebé. Por eso prueba con distintos tamaños, formas y texturas.

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Los más vistosos (combinan colores, llevan mensajes divertidos, …) suelen estar formados por varias piezas, conllevando un posible peligro de desmontarse y que el bebé pueda atragantarse con algún fragmento. Además, son más complicados de limpiar eficazmente, al presentar pequeñas superficies de contacto entre las distintas piezas.

Otros, no tan vistosos pero sin embargo más eficaces, están hechos en látex o en otras alternativas de silicona para evitar alergias. Muchos poseen la tetina imitando el pezón materno, de manera que no le suponga mucho cambio al bebé, entre los momentos de alimentación y los de uso “del tete”.

Los hay señalados por meses, esto es generalmente porque son fisiológicos, así que tratan de adaptarse a la evolución del paladar durante su crecimiento.

Los chupetes menos estéticos son aquellos realizados enteramente en goma. Son ideales para cuando el bebé duerme ya que no se clava en su carita.

Existen unas normas que todo chupete debe cumplir para ser seguro, dictadas por la Asociación Española de Normalización y Certificación y que exigen que el

  • posea una base adecuadamente grande para evitar que se introduzca entero en la boca,
  • deben tener los bordes redondeados (algunos, además, presentan este reborde curvado para adaptarse a los carrillos),
  • no pueden estar realizados por materiales tóxicos (por eso se desaconseja comprarlos en tiendas donde se sospeche una procedencia de fuera de la Unión Europea, eludiendo así los estrictos controles de calidad),
  • deben poseer una anilla que facilite asirlos y retirarlos de la boca del bebé, fácil y rápidamente,
  • la tetina nunca debe sobrepasar los 3,3 cm de longitud o provocará ahogamiento

La higiene de los chupetes es algo fundamental. Se recomienda disponer de varios, para sustituir uno caído por otro que esté limpio. Se vende además un tipo de chupete que cuenta con un resorte que se cierra al salir de la boca del bebé (como la mostrada en la parte inferior, en la imagen anterior), evitando así posibles contaminaciones al caérsele al abrir la boca.

Finalmente, los hay con formas divertidas, pero hay que pensar que pueden conllevar un riesgo para el bebé al estar realizado en varias piezas, con pigmentos que tal vez no hayan pasado los controles sanitarios o con elementos como imitación de pelo que se podría introducir en la boca del pequeño provocándole asfixia o bien fomentando un cultivo de bacterias nada recomendable.

Si optas por alguno de estos divertidos chupetes o te han regalado uno, te aconsejamos que leas muy bien su etiqueta y se lo muestres a tu pediatra, él sabrá aconsejarte debidamente. Existe también un tipo de chupete-termómetro dotado de pantalla digital, muy práctico.

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